Resenhas - As aventuras de Karl Marx contra o Barão de Münchhausen

Remolina 16/12/2014

La objetividad en las ciencias sociales
Un libro excelente de obligatoria lectura para quienes estamos involucrados en las ciencias sociales, igual para todo investigador interesado en profundizar conocimientos epistemológicos.
Son varias las preguntas que nortean el desarrollo del libro. Entre ellas las que he considerado más importantes: ¿Cuáles son las condiciones para hacer posible la objetividad en las ciencias sociales? ¿Es concebible una ciencia de la sociedad libre de juicios de valor y de presupuestos político-sociales? ¿Es posible eliminar las ideologías del proceso de conocimiento científico-social?
Con gran destreza el autor resuelve estos interrogantes haciendo un recorrido histórico el cual comienza con la ideología positivista de Comte, Durkheim, Weber hasta llegar a la objetividad institucional de Karl Popper. Luego, abre el debate en torno al historicismo que conlleva una problemática intrínseca: el relativismo. En esta etapa se discuten autores como Wilhelm Dilthey, Karl Manheim, entre otros.
Finalmente, se presenta el marxismo como la primera corriente que coloca el problema del condicionamiento histórico y social del pensamiento y desenmascara las ideologías de clase, ocultas detrás del supuesto discurso neutral y objetivo de los economistas y demás científicos sociales. Sin embargo, el marxismo no escapa al análisis crítico. Los conceptos de ideología de Marx y Engels son contrapuestos a otras corrientes teóricas del propio marxismo. Entre estas: el positivista de la Segunda Internacional, el historicista, el racionalismo de la Escuela de Frankfurt y el estalinismo.
Dentro de las conclusiones más importantes se tiene que la selección del objeto de investigación así como la aplicación teórica de los descubrimientos científicos dependen de los intereses y concepciones de clase y de los grupos sociales que financian, controlan y orientan la producción científico-natural así como la ideología o visión social de mundo de los propios investigadores. En definitiva, según el autor, el punto de vista potencialmente más crítico y más subversivo es el de la última clase revolucionaria, es decir el proletariado. Sin embargo, este no es garantía suficiente del conocimiento de la verdad social, solamente es el que ofrece mayor posibilidad objetiva de acceso a la verdad. Esto último se da, ya que la verdad es para el proletariado un arma indispensable de auto-emancipación, a diferencia de las otras clases que utilizan mentiras e ilusiones para mantenerse en el poder.