No está en poder de Satán derramar sangre humana. Pero sí tender trampas para que la derramen los hombres. A lo largo de los siglos la casa se alzaba inocente y bella como una telaraña o una planta carnívora. Pero cada uno de sus maderos había sido un instrumento de tortura, en cada una de sus habitaciones se habían cometido los crímenes más horribles. El matrimonio Olson la vio aparecer un día ante su vivienda en New Castle, como surgida de la nada. No podían saber que su traslado a aquel lugar se debía a que en Seattle ya nadie la arrendaba. La casa y su amo invisible exigían nuevas víctimas, y a cinco mil kilómetros de su anterior ubicación, los hombres seguirían cayendo en la trampa.
Ficção / Horror