A punto de incorporarse a su antiguo tercio en Flandes, Diego Alatriste se ve envuelto por mediación de su amigo don Francisco de Quevedo en otra peli- grosa aventura. Una mujer ha aparecido estrangulada en una silla de manos fren te a la iglesia de San Ginés, con uma bolsa de dinero y una nota manuscrita: Para misas por su alma. El enigma se cumplica con los sucesos misteriosos que ocurren tras las paredes de un con- vento, cuando Alatriste es contratado pa
ra rescatar de allí a una joven novi- cia.