Cílio Lindemberg 03/01/2017
El Principito e su triste historia
Después de leer El Principito en tres idiomas diferentes, yo no pude olvidar que se trata de una historia muy triste. Esto se justifica por el hecho de que cada personaje que el viajero encuentra se presentan sus miserias, que nada podría añadir a la vida del pequeño. Ninguno de los personajes parecen ser capaces de entender los problemas que los rodean, lo que les priva de su derecho a la felicidad.
Cuando el principito se da cuenta de que los ojos no pueden reconocer lo que es esencial para vivir, él piensa en su rosa, para la cual se siente responsable, y cómo quedó sola en su planeta. De ahí en adelante, aunque él pueda ver y entender las cosas que vale la pena vivir, el principito decide volver a su rosa.
Sin embargo, la forma en que se despidió del narrador fue demasiado dura y todos lloramos juntos, incluido yo, desde que tomé la indignación del narrador. Fue como un golpe del que no se recuperan fácilmente, es decir, cuando un amigo tiene que ir y nada que hacemos es suficiente para hacer que se quede, porque es inevitable...
De esta manera, es notable en todo el libro como el narrador es amable de describir y recordar su pequeño amigo. Me gustaría que tuviéramos amigos como éste en el que, después de seis años (o más), todavía está a la espera tanto el retorno de una persona tan querida. Hoy, sin embargo, la gente no suele dar mucha importancia a perder a un amigo. Por esta razón, recomiendo la lectura de El Principito, y al pasar por un problema, recuerden los buenos tiempos que tenían. Después de todo, sólo con el corazón se puede reconocer la importancia de la otra persona...
La próxima revisión de El Principito debe proceder de la lectura de la obra original, en francés, con optimismo al final de este año. :)